Ciudad de México 21 de septiembre de 2016.

 

 

Al imponer restricciones a los recursos que necesita la Universidad se amenaza a los jóvenes estudiantes.  Los políticos no deben jugar con el futuro de los jóvenes, no deben amenazar el derecho que tienen a ingresar y permanecer en una institución autónoma y pública con edificios adecuados, bibliotecas suficientes y bien dotadas,  el derecho a contar con los maestros necesarios para interactuar y aprender. Porque los jóvenes tienen derecho a una formación profesional adecuada que responda a las necesidades de conocimiento de las comunidades y del Estado de Morelos, que responda también a sus propias aspiraciones. Tienen derecho a la seguridad de que este año y los años siguientes su universidad seguirá contando con los recursos  suficientes para que puedan no sólo continuar estudiando sino hacerlo en mejores condiciones, y con más espacios para otros muchos hombres y mujeres jóvenes que también quieren ser parte de la  comunidad universitaria. 

Los políticos tampoco pueden jugar con las comunidades y con la necesidad de la el comercio, la agricultura, la industria, los servicios, las estructuras de servicios y de gestión públicas -que mucho necesita de lo que puede ofrecer la universidad-, tampoco pueden jugar con los maestros de las miles de escuelas y bachilleratos que todavía quieren seguir formándose en una universidad, ni con las mujeres que no tienen trabajo o son madres solteras y tampoco jugar  con el futuro de muchas y muchos más.  

Los políticos tampoco pueden jugar con la urgente necesidad que tienen las y los ciudadanos de todo México de sentirse seguros. Los políticos no pueden renunciar a la obligación que tienen de procurar la paz y, menos, mucho menos, tomar decisiones –como la de poner en vilo la estabilidad financiera de toda una universidad- que evidentemente generan un profundo malestar y una inquietud que corroe el sustento mismo de los más elementales acuerdos sociales.

Y, sobre todo, los políticos no pueden ventilar sus diferencias con los universitarios apelando a medidas unilaterales de fuerza como restringir o de alguna manera obstaculizar el acceso o el otorgamiento de recursos que son indispensables para la Universidad.  En décadas pasadas, el financiamiento era utilizado como un arma política para acallar, reprimir o someter a las universidades autónomas. Eso ya no debe repetirse. No permitamos que se repita.   

Por todo lo anterior, desde la Universidad Autónoma de la Ciudad de México nos manifestamos a favor de que el Gobierno del Estado respete a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y su derecho a contar con recursos suficientes. Por el respeto también a sus legítimos y legales representantes, en particular el rector Alejandro Vera Jiménez. Nos solidarizamos además con los estudiantes, trabajadores académicos, docentes e investigadores, administrativos, técnicos y manuales y directivos que defienden su Universidad. Y demandamos la entrega inmediata e incondicional de fondos a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. 

 

 

Nada humano, me es ajeno

Universidad Autónoma de la Ciudad de México

 

Dr. Hugo Aboites Aguilar

Rector

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