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01-06-2018

Inicia Primer Congreso de Bioprospección y Biotecnología en la UAEM

BOLETIN DE PRENSA

Boletín No. 2338

Ciudad Universitaria, 1º de junio de 2018.

 

 

El Primer Congreso de Bioprospección y Biotecnología. Moléculas Bioactivas y sus aplicaciones, dio inicio este 31 de mayo en el auditorio de la Biblioteca Central Universitaria, con el objetivo de promover y difundir la investigación en bioprospección de moléculas activas, medicinales, nutricionales, farmacológicas y sus aplicaciones.

La bioprospección es el estudio de la naturaleza dedicado al hallazgo de organismos y sustancias con posibles usos para beneficio del ser humano que pueden tener un valor comercial significativo en sectores como el industrial, alimentario, cosmético y farmacéutico, entre otros.

Este congreso es organizado por el Centro de Investigación en Biotecnología (CEIB) y el Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) a través de los cuerpos académicos de Bioprospección, Química ambiental y Entomología y Fitopatología, gracias al Programa para el Fortalecimiento de la Calidad Educativa (PFCE 2018), en donde participarán profesores e investigadores de diferentes instituciones educativas del país.

Víctor Hernández Velázquez, director del CEIB, presentó la primera conferencia del congreso titulada Bioprospección de hongos entomopatógenos de langosta, en la que presentó su investigación titulada Distribución de la langosta en México y dio a conocer que cada tres o cuatro años se forman grandes grupos mangas, lo que causa importantes pérdidas a los cultivos.

La langosta (Schistocerca piceifrons piceifrons) es una de las plagas agrícolas más importantes en el sureste del país, este insecto llega a alimentarse de hasta 400 especies de vegetales, tiene un alto potencial reproductivo y un comportamiento gregario, formando en mangas, las cuales consumen en 24 horas 5 veces su peso, por lo que una manga de 3 millones de langostas puede consumir hasta 30 toneladas de vegetación, además tienen la capacidad de desplazarse a una velocidad de 20 kilómetros por hora, logrando alcanzar grandes distancias en poco tiempo. 

Víctor Hernández habló sobre el ciclo de vida de la langosta, que en los meses de abril a junio copulan, de mayo a junio depositan sus huevos, posteriormente nacen las crías jóvenes y es en ese periodo donde se deben controlar para que no se formen mangas y se conviertan en plaga.

Dentro de su investigación comenzó a estudiar los tipos de hongos que afectan al insecto para tener un diagnóstico y generar una propuesta de control biológico, por lo que se realizó el aislamiento de hongos entomopatógenos de langosta en México.

Dicho estudio se realizó en Colima, Nayarit, Chiapas, Campeche y la Isla Socorro, que es una de las que integran el archipiélago de Revillagigedo en el océano Pacífico, en el que encontraron que la sepa del hongo Metarhizium flavoviride, posteriormente clasificada como Metarhizium anisoplia acridum, controlaba hasta el 90 por ciento de la langosta, lo que evitaba pérdidas en cultivos y sólo afectaba a la langosta y los chapulines sin afectar a otros insectos.

“Este hongo tiene la característica de que crece, invade al insecto y lo devora por dentro, cuando se hace de noche, sigue creciendo hasta consumirlo y en estos insectos se ve el fenómeno de que inducen la fiebre para defenderse y bloquear la infección, pero finalmente mueren”, explicó Hernández Velázquez.

El Primer Congreso de Bioprospección y Biotecnología. Moléculas Bioactivas y sus aplicaciones, continúa sus actividades este 1º de junio con conferencias, mesas redondas y sesión de carteles de estudiantes, en los que se tratarán temas como antibióticos, anticuerpos, antioxidantes, insecticidas, alimentos, bioinformática y diseño de métodos de diagnóstico.

 

 

 

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