BOLETIN DE PRENSA
Boletín número 0630
Ciudad Universitaria, 11 de julio de 2025
La reforestación, una práctica común en México durante la temporada de lluvias, se encuentra en el centro de un debate crucial. ¿Se trata de una simple plantación de árboles con fines políticos o de una verdadera restauración forestal que garantice la supervivencia de las especies?
Julio César Lara Manrique, secretario de investigación de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), arroja luz sobre esta problemática y destaca la diferencia fundamental entre reforestación y restauración.
“La primera se limita a la plantación de árboles sin un seguimiento posterior, resultando en una alarmante tasa de supervivencia: solo uno de cada mil árboles plantados llega a los 10 años. Esto representa una significativa pérdida de recursos económicos y desincentiva la participación comunitaria, ya que la falta de éxito genera frustración y apatía”, explicó.
En cambio, la restauración forestal es un proceso mucho más amplio que incluye la mejora del suelo, la prevención de la erosión y un seguimiento exhaustivo para asegurar una supervivencia superior al 80 por ciento de las plántulas.
Julio César Lara enfatizó la necesidad de un cambio de paradigma: “debemos enfocarnos en la prevención de la deforestación, no solo en sus consecuencias, porque la tasa de deforestación, un indicador primordial en la política forestal, debería ser reemplazada por un indicador que mida la conservación de las áreas forestales”, señaló.
Esta problemática se extiende a la elección de las especies y el método de plantación. Lara Manrique advierte sobre el uso de árboles demasiado pequeños (30 cm o menos) en las campañas de reforestación, lo que compromete su supervivencia.
Por todo esto, recomienda árboles de al menos 3 años de edad, con un crecimiento de 50 cm y un diámetro de tronco de 1.5 cm o más. Además, la densidad de plantación debe ser cuidadosamente considerada para evitar la competencia entre los árboles, y se debe priorizar el uso de especies nativas, especialmente en áreas forestales, para mantener el equilibrio ecológico. En áreas urbanas, la estética y el mantenimiento deben ser factores determinantes en la selección de las especies.
El investigador explicó que la Universidad Autónoma de Tabasco implementa un modelo único de servicio social que exige a los estudiantes plantar y monitorear un árbol durante toda su carrera.
Este modelo, aunque viable y exitoso, no se ha replicado a nivel nacional, lo que refleja una resistencia al cambio de paradigma dijo Lara Manrique, al destacar la importancia de contar con datos e indicadores que demuestren la viabilidad de implementar este tipo de iniciativas.
Finalmente, el experto recomienda el uso de tecnologías como geles que retienen agua para asegurar la supervivencia de los árboles durante la temporada de sequía y hace un llamado a la participación ciudadana y a la colaboración entre instituciones públicas y privadas para lograr una verdadera restauración forestal en Morelos, particularmente en la región.
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